jueves, 8 de noviembre de 2012

2x06 Tallahassee


Este episodio se divide claramente en dos partes, así que empezaremos por la menos importante, es decir, la parte de Emma y las judías mágicas.

Emma, junto con Snow, Aurora, Mulán y Hook, han llegado al lugar donde se encuentra el último de los gigantes cultivadores de judías mágicas, con el objetivo de robarle la brújula mágica que les guiará de vuelta a su tierra antes de que lo logre Cora. Hook decide ayudar a Emma y compañía, pues ellas son una compañía mucho más segura, alegando que jurará lealtad al primero que le lleve a Storybrooke. El problema es que el tallo está protegido contra intrusos y Hook solo lleva protección para una persona más, siendo al final Emma la que se decide a ir con él, no sin antes apartar un momento a Mulán y pedirle que, si en diez horas no han regresado, que corte el tallo.


Mientras, Aurora le comenta a Snow que ya no duerme porque, por culpa de la maldición del sueño que tuvo, ahora le es imposible dormir, pues cada vez que lo hace tiene siempre las mismas pesadillas. Snow, sintiéndose identificada con ella, se encarga de cuidarla mientras duerme para consolarla cada vez que tenga pesadillas.

Una vez llegan arriba, Hook se encarga de llamar la atención del gigante mientras Emma, escondida en lo alto de una estatua, se encarga de dormirle usando un polvo mágico que le da Mulán antes de partir. Mientras se ponen a buscar la brújula, el gigante se despierta, dejando a Hook atrapado entre unos escombros y agarrando a Emma con sus enormes manos. Esta intenta convencerle de que no tiene intención alguna de hacerle daño, que solo quiere la brújula para estar de vuelta con su hijo, pero el gigante no le cree, ya que él es el último superviviente de su raza porque los humanos masacraron al resto de los suyos. Cuando está a punto de morir aplastada, Emma le muerde la mano al gigante y consigue escapar, logrando atraparle en una trampa que, irónicamente, tenía él preparada para los humanos.


El gigante, sintiéndose amenazado, le da la brújula a Emma, y le dice que los humanos exterminaron a su raza y destruyeron todas las judías mágicas. Al no poder hacer nada más, Emma decide marcharse, pero antes el gigante logra romper la jaula en la que estaba cautivo y le abre una ruta de escape, en agradecimiento por no haberle matado cuando tuvo oportunidad. Emma le dice que en realidad fueron dos veces las que pudo haberlo hecho y no lo hizo, pues tampoco le mató cuando le durmió con los polvos, así que para compensarle Emma le pide que mantenga cautivo a Hook en su castillo, pues a pesar de todo sigue sin fiarse de él, dándole así ventaja a ella y a sus compañeras para escapar con la brújula e ir en busca de las cenizas del armario mágico que Cora tiene en su poder.

La brújula mágica.

Ahora vayamos hacia atrás en el tiempo, concretamente a hace 11 años. Allí, una joven Emma se encuentra en Portland, robando el que será su coche actual, un escarabajo amarillo. Mientras conduce, aparece en el asiento de atrás el supuesto dueño del coche, un misterioso tipo llamado Neal Cassidy (el mismo que recibirá más adelante la postal de Storybrooke). Cuando les para un policía porque Emma iba demasiado deprisa y Neil logra librarse de él, esta se da cuenta de que este tampoco es su coche, por lo que ha robado un coche robado.

Dios los cría y ellos se juntan.

Tiempo después, están saliendo y se dedican a robar en equipo en las tiendas, fingiendo Emma que está embarazada, y poniéndose de parto cada vez que están en apuros para poder escapar, y allanando las habitaciones de los moteles que encuentran vacías. Es entonces cuando Neil, un poco harto de esto, decide que ya va siendo hora de conseguir una casa y tener una vida más decente, ubicando como su nuevo hogar el lugar donde señale Emma al azar con los ojos cerrados, dando como resultado el título de este capítulo, Tallahassee. Sin embargo, al encontrar Neil un cartel de Se Busca con su nombre, le dice a Emma que le están buscando por haber robado unos valiosos relojes y que lo de Tallahassee se esfuma y que se va a Canadá solo, pues si le atrapan con ella podría acabar implicada en el robo, y no quiere que eso suceda. Emma se niega en rotundo y le dice que ella puede recoger los relojes en el casillero de la estación de tren donde los dejó sin problemas, ya que a ella no le buscan las autoridades. Una vez se los entrega a Neil, este se los va a llevar al perista. Por el camino nota que alguien le sigue y, pensando que se trata de un policía, trata de huir de él, sin éxito. Su perseguidor no resulta ser otro que August.


August, presentándose como el ángel de la guarda de Emma, le pide a Neil que se aleje de ella, pues esa no es la vida que debería tener, y que ella está destinada a algo mucho mayor. Ante la negativa de Neil, August le pregunta si cree en la magia, a lo que le responde que supone que él sí que cree en ella. August le dice que no se preocupe, pues hará que crea pronto en la magia. Para ello, le enseña algo que guarda en la caja donde más adelante llevará su máquina de escribir, algo que hace que Neil le crea rápidamente. Es entonces cuando August le cuenta que hay una maldición que debe ser deshecha y Emma es la clave para ello. Antes de contarle bien toda la historia le pregunta si está preparado para hacer lo correcto. Él acepta y se ve obligado a delatar a Emma a las autoridades para que le arresten y se crea que ha sido traicionada por él.

¿Qué habrá en la caja para que Neil crea tan rápido en la magia?

Dos meses después, Neil se vuelve a encontrar con August, esta vez en Canadá. Este le dice que Emma está bien, le han caído 11 meses en una prisión de mínima seguridad en Phoenix, pero que no debe verla. Neil le pide que le de el coche que robaron a Emma (el cual ya tiene una matrícula limpia) y el dinero que obtuvo de la venta de los relojes. Además, le pide a August que, cuando todo este asunto de la maldición termine y Emma sea libre, que se lo haga saber, a lo que él acepta, diciéndole que le mandará una postal (la cual recibe, como bien sabemos).

Tal y como le prometió August a Neil, Emma recibe un sobre anónimo con las llaves del coche, aunque no parece recibir nada del dinero (Pinocho tenía que ser). Aparte de esta sorpresa, Emma recibe otra mucho mayor; está embarazada.

¿Será niño o niña?

Al finalizar el capítulo vemos a Henry despertándose de una terrible pesadilla, en la que se encontraba en una habitación roja, en la que no había ni puertas ni ventanas, pero sí cortinas, rojas como la sangre, las cuales estaban quemándose; él se encontraba en una esquina, buscando a alguien, y había alguien más ahí, que le miraba a través de las llamas, y entonces se despierta. Curiosamente, es la misma pesadilla que tiene Aurora...

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